Chola de combi
Diana Vela*
En la nota de Emilio Camacho sobre Mamacitas (click acá), Ximena Sierralta cuenta que por apoyar la lactancia en público le dijeron: “Si dan el pecho al aire van a parecer cholas de combi”.
Racismo a flor de piel. Y no me vengan a decir que esta frase no es racista, porque si bien a tu mejor amiga le puedes decir “cholita” de cariño, es obvio que aquí el propósito fue ofender como suele hacerse en Lima: choleando a la gente.
Pero más allá de lo triste que resulta que el racismo sea parte del día a día, me pregunto por qué dar de lactar en público es visto como algo desagradable. Y me lo pregunto porque, desde ese punto de vista, seré una chola de combi este diciembre que vaya Lima de vacaciones.
Vivo en una ciudad colombiana desde hace unos años. Cuando me convertí en mamá, decidí dar teta. Le pregunté al pediatra si podía darle a mi bebé un biberón con mi leche cuando saliera a pasear y él me dijo que no me complicara, que no tenía por qué avergonzarme dar de lactar en público ya que era la forma más natural de alimentar a mi hijo.
No voy a negar que las primeras salidas eran estresantes. Pedía para mis adentros que a mi bebito no le diera hambre y solo iba al único centro comercial que tenía zona de lactancia. Pero cuando mi licencia de maternidad estaba por terminar no solo decidí no volver a trabajar, sino que además me fui relajando con el tema. En realidad, me motivó ver durante un fin de semana a tres mamás dando teta en diferentes espacios públicos. Así, he dado de lactar en restaurantes, cafés, aeropuertos, aviones, playas y hace poco en el Castillo San Felipe de Cartagena, rodeada de muchos turistas. Y nunca nadie me ha dicho nada. Y nunca nadie me ha mirado feo –o si lo han hecho, no me he dado cuenta–.
¿Pasará lo mismo en Lima? Katarzyna Dunin cuenta que en un club le pidieron que se tapara la teta, pero que ella no hizo caso. ¿Cómo hacen las mamás limeñas que dan de lactar en público? ¿Hay zonas de lactancia en los centros comerciales? ¿Estamos protegidas por la ley? Estas son algunas de las preguntas que surgen mientras escribo, pero quiero volver a la pregunta inicial: ¿Por qué dar de lactar en público es visto como algo desagradable?
Debo confesar que me hago esta pregunta a modo de mea culpa. Hace un par de años, cuando vi a una mamá dando teta en un museo, dije para mis adentros: “¿No puede darle en su casa?¿No puede ponerle un horario?”. La ignorancia es atrevida.
Mi intención no es juzgar a aquellas mamás que no dan de lactar en público, ni a aquellas que dejaron o nunca dieron de lactar. Solo quiero contar que mi niño tiene 9 meses y sigue tomando teta. No creo que se destete voluntariamente de aquí a diciembre, ni pretendo forzarlo. Para muchos, debo ser de otro planeta. Para otros, como el autor o autora de la frase, seré una chola de combi. Pues bien, será cierto y no solo por dar de lactar en público: mi familia es de provincia –a quienes más se cholea es a los provincianos–, y en Lima nunca tuve carro.
* Mamacita Invitada
Mamá primeriza que no imaginó que iba a poner en práctica la llamada “lactancia prolongada”.