¡Mi hija me vuelve loca!
¡Mi hija me vuelve loca! No se quiere bañar, no quiere comer, no quiere tomar su leche, no quiere hacer tareas, no quiere ir al colegio…
Tengo una hija de 4 años 7 meses y todos los días es el mismo problema, peleando en la noche para que por fin se duerma y al día siguiente en la mañana otra pelea más porque no quiere ir al colegio. Todos los días tengo que vestirla mientras ella se hace la dormida, hacer malabares para peinarla cuando no se quiere levantar de la cama, apurarla para que tome su desayuno y que corra cuando llega la movilidad. No piensen que esto también se repite durante todo el día, esto solo pasa cuando hay que despertarla y cuando hay que hacerla dormir pero igual me tiene loca!
Este año ha sido un año con muchos cambios en la vida de mi hija, además de haber comenzado a ir al colegio, también nos hemos tenido que mudar de casa. Su papá y yo ya no vivimos juntos y nosotras nos fuimos a vivir con mi mamá. Todo esto pasó en el mismo mes que comenzaba el colegio así que estaba un poco preocupada de cómo podía afectar su desenvolvimiento. Sin embargo tengo que reconocer que nos ha ido bastante bien. Ella se va a dormir a la casa de su papá de jueves a viernes y le encanta. Y en el colegio la pasa bien por más flojera que tenga a la hora de levantarse.
Entonces, con todos estos cambios que tuvo yo tuve la idea de armar un calendario de imágenes para que ella entendiera que cosa pasaba cada día. De lunes a domingo ella misma podía ver cuándo su papa y yo tenemos que trabajar y los días de colegio. Y también coloqué los días en los cuales ella iba a estar con su papá, así que cuando llegábamos al día jueves ella sabía que iba a estar todo el día con su papá y que se iba a dormir a su casa. Ese es el único día que no me hace problemas para levantarse para ir al colegio.
Tengo que admitir que el día en que ella está con su papá, yo tengo tiempo para hacer de todo. Aprovecho en ir al cine, salir a cenar y, sobre todo y lo más preciado para mí: ¡dormir!
En verdad amo poder dormir hasta tarde y me encanta no tener que despertarme más temprano aprovechando un poco más esas horas de sueño. Muchas amigas se ríen cuando les cuento que una de las primeras cosas que hago cuando estoy sola es dormir pero es verdad. Todavía no entienden que lo primero que pierdes cuando eres mamá es poder dormir todas las horas que una quisiera.
Amo mi tiempo libre, sin embargo tengo el gran problema de no poder dormir bien esa noche del jueves, ya que todavía no me acostumbro a que ella no esté dormida a mi lado. Ella tiene su cama pero siempre se mete a la mía y dormimos las dos abrazadas toda la noche. La verdad para mí no hay nada más rico que abrazar a mi hija cuando está dormida en la noche y más aún cuando ella es la que me busca para darme un abrazo.
Entonces, llega el día jueves y por fin soy dueña de mi cama pero no logro dormir, veo su espacio vacío y no logro conciliar el sueño. Cuando ella está a mi lado me duermo casi al mismo tiempo que ella pero sin ella no puedo. Espero con muchas ansias el día viernes momento en el que yo llego de trabajar a la casa y ella siempre grita “¡¡¡¡mami!!!!”, y viene corriendo a abrazarme y me cuenta todo lo que hizo con su papá y como le fue en el colegio ese día.
Después de conversar y de meternos a la cama ella se echa sobre mi pecho y se queda dormida en mis brazos. Cuando la quiero arrimar un poco para el otro lado no se deja y sigue pegada a mí como una lapa. Algunas veces durante la noche se despierta a buscarme solo para asegurarse que yo esté a su lado. Y yo siempre lo estaré.
Entonces el resultado final es que ella ocupa el 80% de mi cama y yo solo el 20% pero tengo que admitir que por más noches incomodas que pase por tener a mi hija durmiendo casi encima de mí, esas son las noches en la que mejor duermo.
Definitivamente mi hija me vuelve loca pero más loca estaría yo si no la tuviera a mi lado.
Mamá de Ana Lucía y mucho más*