Diana Vela*

Cuando estaba embarazada, asistí a una charla sobre lactancia. Recuerdo escuchar, por primera vez, la recomendación de la OMS: “Se recomienda la lactancia exclusivamente materna durante los primeros 6 meses de vida. Después debe complementarse con otros alimentos hasta los 2 años” [1].

¿Hasta los 2 años?¿Estaba escuchando bien? Sí, hasta los 2 años. Me pareció un huevo.

Debo confesar que más allá de esa charla, no me informé mucho sobre la lactancia: me limité a escribir en una hoja de Excel las pautas para que el bebé se agarrara bien. Y como pensaba volver a trabajar, me compré un extractor, pero solo manual; no vaya a ser, como me decían, que no tuviera suficiente leche. Pero resulta que decidí quedarme en casa con mi bebé, y resulté siendo una vaca lechera.

Durante los primeros meses, todo el mundo me felicitaba por dar de lactar. Durante los primeros meses, hasta perdí el roche de dar teta en público.

Pero con el tiempo me di cuenta de otra cosa. A medida que se acercaba el primer cumpleaños de mi hijo, las felicitaciones disminuían y se convertían en cierto tipo de consejos: “Ya es bueno que lo vayas acostumbrando al biberón”, “La leche materna es conveniente hasta el año nomás”, “Debe dejar la teta cuando le salgan los dientes” (Breve digresión frente a esta última pregunta: ¿Y qué pasa con los bebés a quienes les salen los dientes a los 3 meses? ¿Hay que destetarlos a la fuerza? ¿Y con aquellos que nacen con dientes? (sí, ocurre y es normal) ¿Nunca hay que darles de lactar?)

Entonces yo respondía: “Pero la OMS recomienda hasta los 2 años”… y me dijeron que esa recomendación era solo para los países pobres (¡!)

Mi hijo va a cumplir 15 meses y aún toma teta. Come todas sus comidas, acepta su biberón con leche de fórmula, pero aún no deja la teta. Dirán que es mi culpa, que debo ser más firme, que le estoy haciendo un daño, que lo deje llorar un rato, pero déjenme decirles que destetarlo abruptamente es perjudicial: “Un destete brusco y prematuro puede ser el origen de sentimientos de inseguridad perjudiciales para su equilibrio psicológico, al obligarlo a afrontar una independencia de su madre incompatible con su estado de madurez” (Tomado de http://www.babysitio.com/bebe/lactancia_destete.php#4)

La verdad es que estoy cansada de repetir que no pienso darle teta hasta los 7 años (hay madres que lo hacen, busquen en internet nomás) ni que mi meta es aparecer en la portada de Time [2], sino que solo intento respetarle sus ritmos. Así como no lo presioné para gatear o caminar ni antes ni en el tiempo estipulado (y gateó y caminó a la perfección cuando estuvo listo para hacerlo), creo que si aún pide teta es porque lo necesita y todavía no está listo para dejarla por completo.

Lo que más pena me da es que algo tan bonito como ha sido alimentar a mi propio hijo pueda convertirse en objeto de crítica, chisme o burla. Pero qué puedo hacer, tampoco voy a dejar que me afecte.

*Mamacita invitada

Mamá primeriza que jamás imaginó que iba a poner en práctica la llamada “lactancia prolongada”. Tampoco imaginó que iba a abrir un blog para desahogarse http://madresolohayuna.com/

[1] https://www.who.int/topics/breastfeeding/es/

[2] https://www.time.com/time/covers/0,16641,20120521,00.html