"Así no" (rituales y fijaciones de niños/as)
Ximena Sierralta*
De un tiempo a esta parte mi hijo de dos años anda en una etapa loca (esta es una palabra clave para este post). Le encanta poner a sus 11 animales en fila india con el mismo espacio entre uno y otro. Si pide un pan y lo que hay es un enorme pan francés y su madre responsable se lo parte por la mitad para facilitarle la vida presenciamos un drama porque él quería el pan completo. Eso se aplica a queso, galletas y barras de cereal. Si yo intento sentar a su oso mirando al noreste él replica con un "¡¡así no!!" que puede desencadenar un monumental berrinche si no logro entender que el oso debe ir de pie y mirando al sudoeste. Para lavarse los dientes primero quiere el cepillo del oso panda, luego el de Barney y el vasito de agua debajo de ambos sino no.
La preferida para nosotros es la escena del timbre. Suena el timbre y él corre a abrir pero alguien lo gana y abre la puerta: drama. El invitado debe volver sobre sus pasos, cerrar la puerta tras él, tocar el timbre y esperar que el infante abra y todo sea felicidad.
Debo confesar que estas pequeñas idiosincrasias empezaron a preocuparnos a mi esposo y a mí. ¿Será normal que necesite ese nivel de control sobre su entorno? ¿No será señal que le pasa "algo malo"?
Será que soy mamá primeriza y siempre ando paranoica con algo, pero escuchar un "me pasa lo mismo" me tranquilizó horrores. En una semana casi por casualidad y después de sentirme un poco corta de compartir porque tenía miedo de ser la única, dos mamás de niños de la misma edad me contaron que andaban lidiando con situaciones muy parecidas. Ufffff.
Pero mientras sacaba valor para hablar de eso busqué ayuda en mi fiel consejero google y lo primero que encontré fue este diálogo en una super fuente de información desde que estaba embarazada: Baby Center. En resumen, una mamá pregunta si es normal que su hijo esté obsesionado con organizar las cosas. La respuesta ya trae un bienvenido "uffff" pero lo más interesante son los comentarios de decenas de mamás (no hay muchos papás) contando situaciones que parecen haber sucedido ayer en mi casa. Ufff.
Como soy aficionada a noiquearme, pensar en compulsiones me llevó a escribir en el buscador las palabras "trastorno obsesivo compulsivo" el cual consiste en un desorden neurobiológico que afecta el funcionamiento académico, social y vocacional de una persona. Se caracteriza sobretodo por la presencia de obsesiones y pensamientos no deseados recurrentes, compulsiones y excesiva repetición de acciones que interfieren en la vida de la persona. Sólo de leer la descripción ya vino otro ufff. No seas exagerada Ximena, relájate. El locón eres tú.
Pero bueno, tal vez haya otros locos como yo y por eso escribo esto.
El trastorno obsesivo compulsivo afecta entre 2 a 3% de la población mundial, es decir no a todo el parque donde juega mi hijo. Eso me pareció importante. La página Medscape (útil para los locones como yo) indica que el trastorno no debe confundirse con comportamientos "ritualísticos" de la infancia.
Las obsesiones, comportamiento repetitivo y rutinas extremas también pueden encontrarse en personas del espectro autista pero en ese caso éstas aparecen como un aspecto más de una serie de otros síntomas.
De acuerdo a varias fuentes de información que encontré (algunos links aquí, aquí, aquí y aquí) muchos niños exhiben un comportamiento compulsivo como por ejemplo, siempre querer tomar la leche en el mismo vaso y/o en la misma posición, ordenar sus juguetes por orden de tamaño o color, querer que su rutina de dormir incluya indefectiblemente la almohadita, la mantita, el cuento de la Caperucita, el besito de mamá y después de papá, etc. Si no se cumplen estas compulsiones en un rígido orden, los niños se estresan. La importancia a estos rituales aparece a partir de los 18 meses, tiene un pico entre los 2 y 3 años y luego disminuye.
También he leído que a niños un poco más grandes les vienen fijaciones por ejemplo con un personaje de dibujos animados o con la idea de que son bailarinas de ballet, o con ver una película 250 millones de veces.
Parece que lo que está detrás es la necesidad de mantener el control. En un mundo enorme, loco, desordenado como el que percibe un niño pequeño, tener rituales y orden le dan un sentido de estructura muy importante. Interesante saber que por ejemplo las fijaciones cuando mayores se traducen en un hobby o interés específico. Me gusta pensar por ejemplo que mi hijo en el futuro va a seguir enamorado de los animales tanto como ahora.
¿Y cuándo preocuparse? De acuerdo a la Escuela de Medicina de Harvard el trastorno obsesivo compulsivo viene acompañado no sólo de rituales sino de miedo, de la sensación que algo malo va a pasar si no cumples con ellos. El niño quiere parar pero simplemente no puede hacerlo y eso interfiere de manera grave en su vida diaria.
Si aún tienes dudas de si es algo "malo", intenta interrumpir el ritual o la fijación. Tu hijo/a va a hacer un escándalo pero si luego de unos minutos le ofreces otra opción de entretenimiento y él/ella se olvidan del tema, vamos bien. El locón eres tú.
En general lo que se recomienda es no luchar contra estos comportamientos. Se les va a pasar y generalmente son inofensivos. Si igual te parecen insostenibles puedes plantear ciertas opciones y atenuantes como que por ejemplo mientras el vestido de princesa que usa todos los días del año se está lavando puede usar el de Dora. O si necesita leer todas las noches la Caperucita, plantearle leer primero El Gato con Botas. También sirve informarle con antelación que ciertas cosas se van a hacer de cierto modo para que sepa qué esperar, por ejemplo: "este pan está muy grande, mejor será cortarlo un poco no te parece?".
En uno de los enlaces leí algo que me pareció muy interesante y que plantea mirar estos comportamientos con admiración y curiosidad en vez de con ansiedad, disfrutando ver cómo tu hijo resuelve problemas complejos y hace uso de su inteligencia e imaginación.
Si realmente sientes que tu hijo no está teniendo un caso "normal" de rituales infantiles, puedes consultar esta página y de todas maneras hablar con tu pediatra.
Disclaimer: no soy psiquiatra ni psicóloga, sólo una mamá a quien le gusta complicarse la vida, preocuparse por todo y usar Google así que mejor no me hagas caso.
*Mamacita residente