#ElPerúQueQueremos

Maternidad, Paul Gaugin

Nuestro derecho a la lactancia prolongada

Publicado: 2013-08-12

No deseo juzgar a ninguna persona o institución, solo contar mi experiencia como madre que ha optado por la lactancia prolongada, mis avatares y el derecho que reclamo a criar a mi hija como mejor creemos mi esposo, mi hija y yo.

Empecé este artículo sintiéndome sumamente orgullosa y empoderada de practicar la “lactancia prolongada” (1), pero antes de terminarlo me tocó vivir una experiencia que le dio un giro a lo que aquí iba a escribir. Mi hija de 2 años y 11 meses va en su segundo año a un nido que su papá y yo escogimos con dedicación, cariño y sobre todo cuidado. El año pasado decidimos no informar que ella todavía lactaba, pero este año, a él, orgulloso como está de nuestras opciones de crianza, se le “escapó” el tema en una reunión con la directora. Y entonces…

Manuel y yo estamos en el salón de mi hija en el que nos darán el primer informe del año. Vemos que esta vez no sólo están sus profesoras, sino también la directora y la psicóloga del nido. La profesora titular nos cuenta los avances y logros de nuestra hija, para posteriormente mencionarnos algo que nosotros ya sabemos y que –ellas lo confirmaron-, lo común en los niños de su edad: no siempre acepta un no, se frustra con facilidad y explota en rabia cuando algo no sale como ella quiere.

Luego habló la directora: “Nosotros los conocemos, sabemos que son padres muy preocupados y que se informan bien antes de tomar decisiones para su hija, pero nos ha preocupado enterarnos que su hija, que va a cumplir tres años, todavía lacta. Queremos saber sus razones y por qué han decidido todavía darle de lactar”. Mi esposo me cedió la palabra no porque no pudiera explicarlo sino porque estaba empezando a indignarse. Yo lo tomé con mejor humor –luego se me fue- y empecé mi discurso ajustado a la audiencia en base a todo lo leído, a mi experiencia como mamá, a la experiencia de otras madres y claro, a mi formación de antropóloga. Sí, parece increíble, pero tengo discursos que sustentan mi opción por la crianza con apego (2), para doctores, para desconocidos, para la familia política, para la familia cercana, para amigos, para otras madres. También manejo la estrategia de no responder o explicar cuando considero que no vale la pena.

La directora replicó: “-Vemos que están bien informados y tienen interesantes razones, las respetamos, pero la lactancia ya no le hace ningún bien a su hija e incluso le está haciendo mal. Sus reacciones, la intensidad al vivir sus emociones de enojo, su poca tolerancia a la frustración y el que no acepte los “no”, es seguramente porque aún lacta. No le están permitiendo crecer. A través de la succión sólo está aprendiendo a tomar y no a dar. No le será posible pasar a nuevas etapas de su desarrollo.” Mi esposo preguntó “-¿y según ustedes en cuanto tiempo tenemos que destetar a nuestra hija?”, a lo que la psicóloga respondió “-puede ser en un mes”. La directora intervino y dijo “-bueno, no necesariamente, pero ya tienen que apurarse porque ella va a entrar seguramente a un colegio y seguir lactando. La hará sufrir mucho en el nuevo colegio”. Honestamente me sentía ante un ultimátum. Luego pregunté si otros niños aceptaban los no con facilidad, si toleraban la frustración, si aceptaban fácilmente que un niño le quite su juguete. La profesora dijo que no, que efectivamente era típico de la edad, pero que en todo caso en ella es muy intenso.

Lo único que me quedó en ese momento fue mencionar que lo discutiríamos y que tomaríamos la decisión, como siempre, en familia; respetando nuestros procesos y tiempos. Les recordé que nuestra hija nos da pistas, decidió y cuanto estuvo lista, dejó nuestra cama para ir a la suya, empezó a dormir de corrido y dejó el pañal; por lo cual no teníamos porqué dudar de que con la lactancia sería diferente. Mi esposo y yo salimos pensando ¿realmente nos están pidiendo que destetemos a nuestra hija? ¿Pueden hacer algo así? ¿Habíamos tomado una mala decisión al optar por la lactancia prolongada? ¿Éramos unos malos padres e impedíamos crecer a nuestra hija?

Esta situación me hizo dudar. Volví entonces a mis fuentes y revisé nuevas, acudí a opiniones amigas de otras madres y conocedoras del tema. Además de confirmar que médica y psicológicamente no hay sustento para decir que la lactancia prolongada “daña” a los niños, incluso todo lo contrario (3), esta experiencia me está sirviendo para recordar dos cosas: que debo escuchar mi intuición, mi corazón; que mi esposo y yo tenemos el derecho a decidir cómo criar a nuestra hija y hasta de equivocarnos. Honestamente, además, todo esto me lleva a preguntarme por qué los padres y madres tenemos que explicar las razones de la crianza que damos a nuestros hijos y en especial, en el por qué ese fantasma de “mal-criar” cuando hablamos de lactancia materna exclusiva a libre demanda, de cargarlos cuando lloran, de dejarlos dormir en nuestra cama, de no presionar sus procesos de aprendizaje como caminar, hablar, o para dejar el pañal, de la lactancia prolongada. Qué falta hace poner esa misma energía de crítica y escepticismo ante cosas como la “leche” maternizada, la “crianza” en guarderías o en manos de nanas, poner a los niños pequeños a ver televisión, darles comida chatarra o el famoso tiempo de “calidad”.

En cuanto a mi familia, hemos decidió no destetar a mi hija, es nuestro derecho. Llegará ese momento lo sabemos, pero no es ahora. Ambas lo disfrutamos y es para las dos un momento íntimo, de conexión especial e indescriptible. Sinceramente, disfruto más de la lactancia ahora que cuando era una bebé. Para ella es su refugio, su alivio cuando está agotada, enferma, cuando tiene miedo, cuando vive experiencias nuevas e intensas, o simplemente, su manera de dar la bienvenida y despedir el día. Nuestra hija es explosiva e intensa en sus emociones como papá y mamá, y también es un millón de cosas maravillosas que este artículo no alcanzaría para enumerar y que estamos seguros que se debe al tipo de crianza que le hemos dado hasta ahora.

(1) La lactancia prolongada se considera a aquella que se da en niños mayores de 1 ó 2 años.

(2) Crianza con apego se refiere a una crianza respetuosa que busca responder a las necesidades del niño y reforzar el lazo afecto mama-papá y bebe.

(3) Sobre los beneficios de la lactancia prolongada: http://www.draparrilla.com/pecho_despues_ano.html http://www.dardemamar.com/tesone.htm

http://naceunamama.com/479/4-razones-para-amamantar-a-ninos-mayores

http://www.amormaternal.com/2012/01/lactancia-prolongada-beneficios-para-la.html

*Mamacita invitada. Antropóloga y mamá


Escrito por

mamacitas

Cuando uno es mamá o papá aprende a reconocer que no puede sola/o y que necesita el apoyo de muchas personas. Por eso nace MAMACITAS. Para que compartas lo que hiciste para resolver los mil y un retos de la maternidad. Para que cuentes eso que nadie cuenta.


Publicado en