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Duérmete niño (capítulo 2)

Ximena Sierralta*

Publicado: 2013-09-23


Hace ya casi dos años lancé un grito desesperado, el primer capítulo de esta saga, donde compartía el mini-drama de tener un bebé de entonces 10 meses que aún no dormía de corrido. Ahora me sorprendo de lo poco que sabía del sueño de los niños.

Un bebé de 10 meses que no duerme de corrido es increíblemente normal mi querida madre desesperada. No sé qué hacía yo lamentándome. Creo que es parte de mi constante sobre-análisis de todo. En fin. Si tu hijo de 10 meses duerme de corrido no sabes lo suertudo/a que eres y debes saber que eres una excepción así que te recomiendo salir corriendo a comprar un boleto de lotería.

Empecemos por las buenas noticias: mi hijo, de ahora un poco más de dos años y medio, ya duerme (prácticamente) de corrido, su hora de dormir está claramente establecida, su rutina también, todo es un mar de rosas.

Y a continuación un par de reflexiones que seguramente despertarán la ira de algunos defensores de la crianza natural.

Mi hijo empezóa dormir (prácticamente) de corrido aproximadamente  al año y medio. Fue un proceso más o menos gradual pero que se estableció de manera definitiva (lo digo con los dedos cruzados) alrededor de esa edad. En mi caso, repito, EN MI CASO, ese cambio coincidió con el destete. Reitero para que no quede duda: en mi caso.

Antes de destetarlo él despertaba por lo menos una vez por noche y no sabía cómo volver a dormirse solo. Yo no necesariamente le daba teta cada vez que eso sucedía. Meses antes ya había optado por cargarlo, mecerlo y cantarle. Y funcionaba. Luego vino el destete y lo más probable es que haya sido una coincidencia, pero él empezó a dormir (prácticamente) de corrido. Desde las 20 horas hasta las 7/7.30am.

Verán que uso el "(prácticamente)". Es que hay una interrupción.

Y ahí vienen las no tan buenas noticias: hasta el día de hoy mi hijo no duerme de corrido en su cama.

Desde muy pequeño mi hijo se acostumbró a dormir en su cuna y a media noche se despertaba, nos llamaba y lo pasábamos a la cama. Era un trato que nos parecía justo. Nosotros podíamos tener nuestro cuarto para ver una película o hacer lo que papá y mamá hacen en su cuarto o podíamos tomar un trago en la sala, cenar y luego dormir. Y si en medio de la noche mientras dormíamos mi hijo quería pasarse, no era problema alguno si eso nos permitía seguir descansando.

Pero un día, más o menos cuando mi hijo tenía dos años, algo pasó. Creo que se resfrió,nos dio pena hacerlo dormir en su cuna y lo hicimos dormir en nuestra cama. Los padres experimentados ya saben qué sigue: no salió por varios meses. Poco después empezó el invierno, yo me resfrié, mi esposo se resfrió, mi hijo se volvió a resfriar, hacía mucho frío y así hasta que mi hijo se acostumbró a empezar su rutina nocturna en nuestra cama.

Y aquí viene otra reflexión controvertida: EN MI CASO el colecho sí afectó la vida de pareja. Evidentemente que hay otros lugares de la casa donde uno puede disfrutar de cierta intimidad pero a uno le gusta su cama y no tener que verse obligada a siempre buscar lugares alternativos como si fueras una adolescente. Además, el no tener la cercanía física de tu pareja también te quita un poco de onda, ya no te provoca tanto. No puedes leer en tu cama porque no puedes prender muchas luces, las películas las miras en volumen bajito… Finalmente, incluso los momentos de conversación en la sala se interrumpen porque el niño se puede caer de la cama incluso con las mil almohadas que pones y tienes que ir a chequear en qué posición está.

Sé que hay parejas mucho más creativas y ardientes que yo que les va regio con el colecho. Felicidades. Pero en mi caso empezaba a ser un problema así que decidimos dar un paso hacia la independización y compramos una cama hermosa para mi hijo. Compramos unas sábanas de Toy Story (no sé por qué aquí los niños no tienen derecho a sábanas de dibujitos que no sean de polyester) y prácticamente sin mayores inconvenientes volvimos a retomar la rutina de hacer dormir a mi hijo en su cuarto. Ahora papá lo lleva, prende la lamparita, lo tapa, le da beso, mamá lee tres cuentos y listo.

El colecho sin embargo tiene un beneficio que para mí casi casi compensa todo: es lindo dormir juntos. Hasta el día de hoy tanto mi esposo como yo tenemos dificultad de consolidar el esquema "cada uno duerme en su cama" porque nos gusta mucho estar los tres juntos. Es un momento increíblemente tierno, que no tiene comparación con casi ningún otro en la rutina familiar. Es por eso que si bien ahora hemos recuperado el dominio de nuestro cuarto, aún permitimos con mucho gusto que mi hijo salga de su cama y venga a la nuestra a media noche. Volvimos al trato original y nos va bien así.

La razón por la que aún no apuesto por la noche entera en su cama es porque siento que ninguno de los tres está preparado. Y creo también que es un poco por flojera, porque sé que tal vez con un par de noches de llantos podría conseguirlo pero sinceramente aún no estamos dispuestos.

Nuestro actual esquema nos gusta. Tenemos un poco de todo pero creo que en un tiempo empezaremos a probar la separación total. Me da pena y debo admitir que ese es un destete necesario y difícil para mí (incluso más que para mi hijo creo) pero que es parte del interminable proceso de aceptar que los hijos no son proyecciones de nosotros. 

Y ahora les paso la pelota a ustedes porque la verdad es que me haría bien recibir consejos y predicciones. Mi absoluta ignorancia hace dos años atrás ilustrada en el primer post de la saga me hace concluir que la experiencia es fundamental. Cuéntenme por favor, ¿cómo les va/fue con este tema? ¿Cómo duermen sus niños? ¿Dónde comprar sábanas de niños que no sean de polyester?

*Mamacita residente


Escrito por

mamacitas

Cuando uno es mamá o papá aprende a reconocer que no puede sola/o y que necesita el apoyo de muchas personas. Por eso nace MAMACITAS. Para que compartas lo que hiciste para resolver los mil y un retos de la maternidad. Para que cuentes eso que nadie cuenta.


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