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foto de Miguel muñiz - Lugar donde se encontró el cuerpo de Asunta basterra, cerca de santiago de compostela

Orfidal y una cuerda amarilla

Publicado: 2013-12-16

Hace cosa de un año escribí por acá la historia de Leo, el niño que llegó de Rusia para ser uno más de la familia de unos queridísimos amigos míos (aquí el link: http://lamula.pe/2012/02/08/nuestro-hombre-en-smolensk/mamacitas/). La historia de Leo es una historia que termina bien: tiene actualmente tres años, está perfectamente integrado en la familia, va a la guardería “de los mayores”, es feliz como una perdiz (si es que las perdices son felices) … pero también hay historias parecidas a la suya que terminan mal, y hoy les quiero contar una, que ha conmocionado a la sociedad española por muchos motivos. Les explicaré los hechos lo más sucintamente posible, y plantearé preguntas y reflexiones que me gustaría compartir con ustedes. ¿Por qué esta vez ni pontifico ni frivolizo? Porque en este caso y a través de este caso hay muchas cosas que desconozco, porque no me creo en posesión de la verdad y porque además esa presunta verdad está siendo analizada y examinada en sede judicial.

Verán, a finales del verano, en un camino cercano a Santiago de Compostela, en Galicia, se encontró el cuerpo sin vida de una niña de doce años. Sus padres habían dado la alerta de desaparición a la Guardia Civil el día anterior. Como con cualquier muerte inexplicada, los mecanismos judiciales se pusieron automáticamente en marcha, y las extrañas circunstancias de los últimos días de Asunta, que así se llamaba la niña, pronto saltaron a la vista. Se supo que ala escuela a menudo llegaba soñolienta, como drogada, hecho que habían advertido algunas profesoras, que a sus amigas les había comentado que su madre quería matarla, que estaba triste y pesarosa, lo que se atribuyó a la reciente separación de sus padres y a la muerte de su abuelo materno, al que estaba muy unida.

La desesperación de los padres ante el fallecimiento de su hija era evidente. Así que se pueden imaginar la sorpresa cuando la Guardia Civil los detuvo acusados del crimen. Porque según se ha sabido después del levantamiento del secreto sumarial sobre el caso, tras numerosas investigaciones y análisis científicos ha quedado demostrado para el juez que los padres habían planeado la muerte de la hija desde hacía meses, que el padre fue el que supuestamente envenenó a la niña con Orfidal, un potente antidepresivo y que fue la madre la que supuestamente la estranguló con una cuerda amarilla, aprovechando que la chiquilla estaba casi inconsciente debido al veneno.

Lo que no les he contado todavía es que Asunta había sido adoptada con un año desde China. Sus padres, una pareja de alto nivel socioeconómico (sobre todo la madre) fueron de los primeros en Galicia que se atrevieron a una adopción internacional tan lejana. La niña tenía una inteligencia extraordinaria que le había hecho avanzar de curso, era capaz de expresarse en cuatro lenguas diferentes, era buena estudiante de piano. Lo tenía absolutamente todo para triunfar en la vida.

Y aquí empiezan mis preguntas y reflexiones. Puede ser que algunas de ellas no las entiendan ni las comprendan o que les parezcan sinsentidos o directamente barbaridades. Pero piensen en ellas como piedras arrojadas a un estanque demasiado tranquilo…

1.- La primera reflexión que a cualquier padre se le viene a la cabeza tras conocer el caso es POR QUÉ. Por qué un padre quiere matar a un hijo? Qué ha tenido que pasar para que desees terminar con la vida de la persona que, en principio, debes querer más que a nada en este mundo…

2.- Y ahí viene mi segunda reflexión, y ya les avisé que igual no les iban a gustar las preguntas y reflexiones: tiene que ser natural (y yo añadiría obligatorio) que un padre quiera a un hijo? Porque todos conocemos casos  en que no ocurre. Es muy linda la postal rosada de papá-mamá-hijitos, a la manera de Susanita la de Mafalda, pero a qué conocen casos en que no es así de ninguna manera? Aparentando ser gente muy normal y muy “bien”…

3.- Por las más diversas razones, con las más distintas ideologías y desde la más remota antigüedad, los padres han matado a sus hijos. Uno de los cuadros más conocidos de Goya es “Saturno devorando a sus hijos”, en referencia al mito griego en el cual el dios Saturno devoraba a sus hijos para que ninguno fuera más poderoso que él al crecer. Ahí el motivo fue el miedo. Tenemos también en la cultura griega la historia de Medea, que mató a sus hijos para que su padre –que la había abandonado por una más joven- sufriera. Ahí, los hijos como medio de venganza. O actualmente ese padre afgano que mató a su hija porque le avergonzó delante del pueblo al marcharse con un joven no religioso. Ahí la religión y el fanatismo.

4.- A todos los que amamos a los animales se nos rompe el corazón cuando escuchamos historias de perros o gatos que han sido abandonados porque la familia donde estaban, por hache o por be, se ha hartado de ellos. Ya no aguantan que el sofá esté ocupado por el caniche ni que el gato arañe las costosas alfombras del salón ni soportan sacarlo de paseo. Y tranquilamente lo pasan a otras personas o simplemente lo dejan en la calle. O lo matan.

5.- Y qué pasa cuando te hartas de tus hijos? Lo digo porque a todos nos ha pasado que alguna vez nuestros hijos nos han llenado la copa de la paciencia, da igual que sea en la adolescencia, en la infancia, siendo bebés. Gritan cuando no deben, lloran cuando queremos descansar, nos sacan de quicio con sus amistades, no nos dejan viajar donde y cuando queremos…

6.- Saco esto a colación porque parece ser que este es el motivo profundo de la conspiración de los  padres de Asunta que, según los expertos psicólogos, no están locos ni mucho menos. O sea, que el motivo de la perturbación mental no existe en este caso. Por lo visto sabían lo que querían, y presuntamente lo prepararon con tiempo e hicieron lo que quisieron hacer.

7.- Y falta la guinda del pastel. Asunta fue adoptada. Hacía casi 12 años que la niña estaba con la familia,  pero inconscientemente influyó esta circunstancia para que no hubiera mucho problema en desembarazarse de la criatura? Habrían “soportado” los padres de Asunta a su hija si hubiera sido biológicamente suya? Ya sé que es perversa la pregunta, pero el caso es intrínsecamente perverso, no me negarán…

Siento que mi post de hoy no haya sido ni chispeante ni gracioso ni didáctico. Larealidad me pudo. Así que ahí les dejo con un montón de preguntas, con reflexiones que tal vez no lleguen a ninguna parte, y con una sensación muy amarga de pena. Y de oportunidad perdida. La de una niña que se creyó a salvo del destino trazado en su nacimiento, y que al final se lo encontró de bruces, bajo la forma de una pastilla de Orfidal y de una cuerda amarilla. Todo, por lo visto, gracias a las personas que debían haberle protegido de él.

*Mamacita invitada


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mamacitas

Cuando uno es mamá o papá aprende a reconocer que no puede sola/o y que necesita el apoyo de muchas personas. Por eso nace MAMACITAS. Para que compartas lo que hiciste para resolver los mil y un retos de la maternidad. Para que cuentes eso que nadie cuenta.


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