¡Vamos por ese 10%!
Me sentía bastante rara hacía dias, sin embargo había corrido una maraton de 10km hacía poco y hasta había mejorado mi tiempo. Pero aunque me molestaba mucho el dolor de barriga consideré era porque ya me vendría la regla. Un examen de sangre me confirmó que estaba embarazada.
Siempre supe que no lo contaría antes de los 3 meses. Tengo muchas amigas que lo contaron y perdieron al bebé y fue duro para ellas contarlo a todos. Soy demasiado realista y sabía que era una posibilidad, además no quería ilusionarme aún. No quería sufrir.
La siguiente semana aún tenia los dolores de barriga pero el doctor me dijo que era normal por la implantacion. Tenía 3 semanas. Un día en la oficina tuve un sangrado marrón y descubrí que aunque intentara no ilusionarme, amaba a mi bebé con toda mi alma y ni bien vi la manchita salí corriendo a la urgencia y rezaba en el camino para que mi bebé estuviera bien. Ya lo amaba. Era muy tarde para seguir protegiendo mi corazón.
En la urgencia me examinaron y dijeron que era de implantación, que me quede tranquila, que no necesitaba reposo. Así pasaron los dias pero me seguía molestando el dolor de barriga y un viernes mientras almorzábamos en mi restaurante de carnes favorito sentí que algo bajaba. Fui al baño y vi una mancha marrón enorme. Inmediatamente llamé al medico, me dijo que era la implantación, que podia volar a Peru, que no había problema, pero algo me decia que no debia hacerlo y no lo hice. Fue mi primer dia de la madre lejos de mi mamá. Vivo en Chile hace más de tres años, pero mi prioridad era cuidar a mi bebé.
Al día siguiente fui al doctor y me pidió que repose una semana porque había peligro de pérdida. Mientras esperaba para pagar, una niña con un chupón jugaba cerca de mí y yo solo quería que se fuera. Me dolía verla. Mi esposo jugaba con ella y le hacía cariño, y yo tenía ganas de llorar y pensaba que tal vez eso no sería posible en la vida real.
Ese domingo era día de la madre y mi esposo me compro un regalo bonito y flores por mi primer dia de la madre. Admiré su optimismo. Yo estaba muy triste pero trataba de sobreponerme. Al día siguiente mi esposo viajó por toda la semana por trabajo y a las dos horas senti un dolor espantoso en la barriga y vi lo que el médico dijo que era lo más complicado que podía pasar: estaba sangrando rojo y en cantidad. Me caí arrodillada al piso llorando. Luego de varios minutos en shock reaccioné y decidi volar a la emergencia. Llame al taxi, mi mamá me acompañó en el telefono todo el camino calmándome, y no podía llamar a Raul porque estaba en vuelo en ese momento.
Al llegar el doctor me hizo la ecografía y lo encontró. Seguía ahí y me dijo que era increíble que siguiera ahí. Me sentí feliz y amé más a mi bebito. Me envió 3 meses a la cama sin moverme. Me pidió volver en dos dias. Era esencial que en esos días ya tuviera latidos del corazón, sino significaba que no iba a sobrevivir.
Mi mamá llegó al dia siguiente y recibí la mayor fuerza al verla. Fuimos al doctor, hizo la ecografia y escuchamos el latido!!!! Era como un tren!!! Mi mama y yo casi lloramos. Pero también vimos un enorme hematoma, del tamaño del bebé.
Despues de poco más de una semana de haber tenido la vida más activa del planeta: temprano a la ofi, trabajar como loca, volver para correr 10km, estudiar, de pronto era una momia echada en una cama. Solo podía pararme para ir al baño. Es duro ser tan independiente y que de pronto debas pedir hasta un vaso con agua, y que además, de tu comportamiento dependa la vida de tu bebé. Wow! Yo la workaholic estaba poniendo mi vida en orden por mi bebito, me senti muy orgullosa.
Pero los dolores no me dejaban dormir. Volví a ir al médico y más malas noticias: el hematoma era gigante, más grande que el bebe. Teníamos 90% de posibilidades de perder al bebe. Miré al doctor con los ojos llenos de lágrimas pero calmada y le dije " doctor vamos por ese 10%". Esa noche llorando le dije a Dios "esto ya va más allá de la ciencia, esto ya no es de médicos, tú tienes el poder para hacer que mi hijo viva, ayúdanos".
Mi vida se había transformado, no podía moverme, me había puesto horrible. Jamás en mi vida me vi tan fea y demacrada, dormía muy mal, no tenía hambre, me dolía la panza, a veces tenía náuseas, un desastre. Pero cada semana que lográbamos sobrevivir mi bebé y yo, era un triunfo.
Luego una gran noticia: el hematoma habia disminuido un poco. La esperanza era ahora de 15%.
Yo hace muchos años no agarraba un rosario. Pedí perdón por estar tan lejos y empecé a rezar. Las cosas seguían duras. Me rebelé mil veces preguntando ¿por qué me mandas esto? Pero después volvia a la humildad y de rodillas de nuevo a pedir ayuda.
Las siguientes semanas el hematoma era cada vez más pequeño hasta que desapareció. Después de dos meses en cama como momia el doctor me dijo que ya podía ir a la cocina a prepararme algo. Todo un progreso!
Pero me seguía doliendo la barriga. Me investigaron más que a ET hasta que por fin después de 2 semanas hallaron el problema: tenia una inflamación en los ligamentos y musculos y solo podia tomar paracetamol! El doctor me explicó que estando embarazada no me podian hacer una resonancia a los ligamentos, ni tampoco darme otras medicinas, ni terapias de kinesiologia, nada. Las noches seguían siendo terribles. Darme vuelta era un castigo. Seguía sin volverme el hambre. Por fin un domingo de julio me levanté con ganas de ensalada de ¡¡zanahoria rayada!! Y ese día me senti tan bien... Pude leer en paz como antes, moverme libremente, comerme muchos Milki Way.
Me sentía y me siento tan agradecida... Todo lo que podía hacer antes, que me pasaba tan desapercibido, ahora era especial. Ya me podía mover, caminaba, tenia hambre!!
Los 8 meses de embarazo tuve prohibido manejar, subir escaleras e ir al trabajo. Mi vida había cambiado 180 grados, pero estaba dispuesta a hacer todo por mi bebé, no quería que nada alterara la paz que necesitaba para él. Era mi prioridad.
Hoy tengo a mi bebé conmigo, mi pequeño Joaquin de dos meses. El es un milagro y quisiera que difundieran esto con mamás que estén pasando por algo parecido o que estén sufriendo por la incertidumbre de cómo estará su bebe. Yo sé cómo duele decir "hágase tu voluntad" cuando en realidad quieres que te haga el milagro. Con toda confianza escribanme, y feliz de contarles mi historia y este maravilloso milagro.
*Mamacita invitada. Soy comunicadora, mama primeriza, peruana que vive y trabaja en Chile hace 3 años. Muero por mi Joaquin.